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Es común escuchar esta expresión en boca de toda persona que está atravesando algún problema (menor o mayor, no importa la magnitud).
Lo cierto es que luego de manifestada la comentada expresión, se puede percibir un cierto alivio.
En algunos casos es repetida muchas veces para que logre -la persona que la expresa- encontrar la calma o al menos un poco más de serenidad.
Y ya que de expresiones y calma estoy hablando, me remitiré a un proverbio muy antiguo que es bendición de peregrinos y viajeros, y que es conveniente llevarlo en la mente o -también- escrito (preferentemente detrás de una estampa religiosa) como fuente de protección en todo viaje que realices.
Es común escuchar esta expresión en boca de toda persona que está atravesando algún problema (menor o mayor, no importa la magnitud).
Lo cierto es que luego de manifestada la comentada expresión, se puede percibir un cierto alivio.
En algunos casos es repetida muchas veces para que logre -la persona que la expresa- encontrar la calma o al menos un poco más de serenidad.
Y ya que de expresiones y calma estoy hablando, me remitiré a un proverbio muy antiguo que es bendición de peregrinos y viajeros, y que es conveniente llevarlo en la mente o -también- escrito (preferentemente detrás de una estampa religiosa) como fuente de protección en todo viaje que realices.
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