jueves, 27 de agosto de 2009

Qué poco sabemos sobre nosotros mismos.

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Existir es tan extraño, y tan simple tomarle amor a la vida; que seguramente ha de ser por eso que no queremos resignarnos a tener que pasar, en algún momento, a desaparecer eternamente en cuerpo y alma por todo el inmensurable infinito.

Hemos sido hechos, o paulatinamente nos fuimos dotando, (a traves de una -tal vez lenta- evolución) con la capacidad del pensamiento; y así cada uno de nosotros hemos incorporado en nuestra mente: ideas, conocimientos, sentimientos, etcétera.

Y a mi se me ocurre pensar que todo eso va a ir a terminar en un "tacho de basura" (por decirlo de alguna forma, ya que no tengo la más mínima idea de adonde irán a parar todo ese cúmulo de registros instalados en nuestras memorias).

Pero por más que lo pienso, con el afan de encontrar alguna luz que me señale algo sobre el particular, no me es posible armar ni siquiera una simple hipótesis.

Por lo tanto: Será que la vida es simplemente un juego, y debemos vivirla sin intentar entrar en la filosofía de querer descubrir los grandes misterios que en ella se encierran?

Por "Dios"! (expresión de uso acostumbrado) Que poco nos conocemos.
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Jorge Horacio Richino.
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